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10 de marzo de 2024

CELEBREMOS SAN JOSÉ Y EL DÍA DEL PADRE

             



Todo lo que sabemos de San José, lo podemos entrever en la Biblia, especialmente en los evangelios de San Mateo y San Lucas.

Su silencio lo caracteriza y es precisamente a través de sus obras, de sus actos de fe, confianza, y sobre todo de su amor, lo que nos descubren a San José, como un gran santo.

Dios le encomendó ser el padre adoptivo del niño Jesús y esposo de la Virgen María, un privilegio y una gran responsabilidad, el santo custodio de la Sagrada Familia.

Vivió de forma sencilla, realizando en su vida cotidiana la misión que el Padre le había encomendado de la manera más perfecta posible, contribuyendo de este modo a la realización del proyecto de la salvación de Dios.

La vida de San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo de este modo en diálogo con Dios; trabajador y honesto para mantener a su familia; padre y esposo, lleno de amor y compasión; obediente y de una profunda fe dejándose llevar en manos de Dios; hombre justo y casto, cuya imagen vemos representada por la azucena en la mano, símbolo de pureza y de su estado virginal, en la iconografía del arte cristiano.

Podríamos decir que la vida de San José, fue una peregrinación en la fe, que al igual que María, ambos permanecieron fieles hasta el final, en lo que se le había encomendado.

 

Virtudes destacadas de San José

·        Paternidad

 

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21).

 

En esta cita bíblica se halla el núcleo central sobre San José. Fueron destacables entre otras virtudes, su obediencia y humildad, realizó lo mandado por el ángel y tomó a María con todo el misterio de la maternidad.

Se abre en esta disponibilidad y entrega absoluta al designio de Dios, que le pide el servicio de su paternidad, cooperando de este modo en el gran misterio de la redención; toda la vida de Jesús le ha sido confiada a su custodia.

En los evangelios se puede ver la tarea paterna de San José, realizada en los gestos que forman parte de la vida familiar: en su nacimiento, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo… cada acontecimiento que se va desarrollando sobre su vida.

Se le ordena poner el nombre de Jesús, aunque no fuera fruto suyo, de esta manera declara su paternidad legalmente y proclamando su nombre define también su misión salvadora: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21).

El Papa Francisco en la Carta Apostólica «Patris Corde« menciona la cita de Pablo VI donde se observa la paternidad manifestada concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa» (Patris Corde, 1).

 

·        Obediencia y fe

Vemos en su persona como obedecía con docilidad, y siempre estaba oyente a la voz de Dios. En cada circunstancia de su vida se ve la respuesta dirigida hacia esta voluntad.

A través de sus sueños, se le reveló lo que tenía que hacer y se observa en él su obediencia sin pensar en las dificultades. Por la fe acató los caminos de Dios, en esa confianza que el Padre había depositado en él, al elegirlo padre de su hijo.

Acoge a María como le dice el ángel, deja a un lado sus propios razonamientos y asume lo que se le dice. Nos enseña a acoger lo que se nos da en nuestra propia vida, aunque no comprendamos.

«La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Solo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia» (Patris Corde, 4).

Se entregó completamente a esta misión que le encomendaba y puso su vida al servicio de ello.

Durante ella le acompañaron dolores y gozos, pero su fe y obediencia les conducía siempre en la confianza de que Dios estaba ahí.

Nos enseña a creer en Dios, a tener fe aún en medio de las dificultades, miedos, debilidades, por tanto, es necesario entonces, dejarnos abandonar en Él, para que lleve nuestra vida, porque Él tiene siempre la última palabra y su mirada es más amplia que la nuestra.

Aceptó todo por amor. Vemos como al igual que María, en cada circunstancia de la vida de José pronuncia también su «FIAT».

«Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación… Cuando Dios revela hay que prestarle «la obediencia de la fe», por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él» (Redemptoris custos II).

 

·        Trabajo y silencio

 

San José se caracterizó por su silencio. Un silencio respetuoso y puesto al servicio de la escucha. Este silencio ayuda a tener una mirada hacia dentro para meditar y conocer la voluntad de Dios.

El Papa Benedicto dijo «dejémonos invadir por el silencio de San José«, el ruido nos impide escuchar o percibir las grandes verdades de la vida.

Su trabajo estaba envuelto en este silencio, era un humilde carpintero que bajo el esfuerzo de su trabajo, supo responder con fidelidad el cumplimiento de sus deberes, en un constante servicio.

El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de la persona y él nos enseña a hacer un trabajo justo, donde todos los dones que hemos recibido de Dios los ponemos a su servicio.

«…José acercó el trabajo humano al misterio de la redención» (Redemptoris custos IV). Por ello, los trabajadores están invitados a imitarle. Es posible servir a Cristo por medio de nuestro trabajo. «Todo cuánto que, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…» (Col 3, 23s)

 

·        Custodio de la Iglesia

 Al igual que estuvo al cuidado de Jesús y María, como padre y esposo, con un corazón que fue capaz de amar y proteger al hijo de Dios y a su Madre, es por ello que se le encomienda también la Iglesia, su cuerpo místico.

Se encomienda a su protección y se le pide al igual que Él hizo, que su Iglesia colabore fielmente en la obra de la salvación siguiendo su ejemplo y pidiendo su intercesión.

Tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno en su estado y tarea de vida.

«José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre» (Patris Corde, 5).

 

Qué nos dice a nosotros

A modo de conclusión, podemos ver cómo San José lo hizo todo ante los ojos de Dios, al que sirvió ejemplarmente.

Por lo tanto, la perfección y nuestro actuar como cristianos, en realidad se da en el cumplimiento de lo que Dios quiere de nosotros.

Con su ejemplo de vida nos enseña a amar, orar, sufrir, actuar rectamente para dar gloria a Dios con nuestra vida, en cada día que se nos da.

No es tan importante hacer «grandes cosas» sino hacer bien la tarea que debemos hacer.

«El participó en este misterio junto con Ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestino a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1,5) » (Redemptoris Custos, Introducción).

Por lo tanto, la fe y el amor con que cada cual va tejiendo su vida en el día a día es importante. Vivir con docilidad la voluntad del Padre, es vivir con un corazón agradecido por todo lo que recibimos, ser conscientes de la misión que se nos encomienda y ser fieles a ese llamamiento.

Nos enseña a ser grandes desde la pequeñez como María (caridad), nos invita a confiar en el creador aunque aparentemente las cosas vayan en contra (fe) y nos induce a ponernos en camino apoyados en el cayado de la esperanza.

 

Festividad de San José

Celebramos su festividad el 19 de Marzo de cada año, Día de San José.

La devoción hacia él, comenzó en el s. IV en Oriente. Va surgiendo entre carpinteros que lo tenían como patrono, y va poco a poco extendiéndose hasta llegar a Santa Teresa de Jesús, muy conocida entre nosotros.

Con el Papa Sixto IV se introduce su fiesta en el calendario romano el 19 de Marzo. Es Gregorio V quien la estableció en 1621 fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II). A partir de entonces, van naciendo las primeras congregaciones que llevaran su nombre.

En 1870, el Papa Pío IX, declaró a San José «Patrono de la Iglesia Universal«, modelo de padre y esposo custodio de la Sagrada Familia; Juan XXIII introdujo su nombre en el canon de la misaPío XII lo presentó como «Patrono de los trabajadores» y San Juan Pablo II como «Custodio del Redentor«, también muy querido por el pueblo se le conoce como «Patrono de la buena muerte«.

El 8 de Diciembre de 2020 el Papa Francisco con motivo del 150º aniversario de la declaración de San José, como «Patrono de la Iglesia», escribe la Carta Apostólica «Patris Corde» (Con corazón de padre).

Con el objeto de acercarnos más a San José, un padre que toda su vida nos refleja el amor a Dios y a su familia, un ejemplo de vida para todos.

Es conociéndole cómo descubrimos este amor y podemos pedir su intercesión para imitar sus virtudes. Su vida y ejemplo nos enseña a vivir el evangelio.












El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre, una fiesta muy especial para todos los padres que tienen hijos.

Este día tan especial es un buen momento para que los niños homenajeen a sus papás y para que los padres disfruten de las muestras de cariño de sus hijos.

El día del padre es una ocasión perfecta para fortalecer la relación entre padres e hijos y hacer algo especial, único, diferente. No hay que olvidar que las celebraciones son siempre un motivo de alegría para las familias, sobre todo para los más pequeños.

Este día nos recuerda la importancia de la figura paterna a lo largo de la historia de la humanidad. Tradicionalmente su imagen estaba más relacionada con la manutención de la familia, la seguridad, la imposición de la disciplina, que con las emociones. Hoy, sin embargo, reconocemos el papel del padre en el campo de la educación infantil y en el desarrollo afectivo y emocional de los bebés y niños.


 







ACTIVIDAD:












3 de marzo de 2024

MUJERES DE LA BIBLIA: SARA

 


¿Por qué hablar de las mujeres de la Biblia? 


La respuesta es tan subjetiva como se quiera, pero resulta innegable que "La Biblia" es un libro de alcance universal, que puede tener mil y una interpretaciones, y que, a menudo, parece hecha y protagonizada sólo por hombres, cuando detrás de esos hombres, o al lado, o tal vez un paso por delante, caminó siempre una mujer. Bueno es que descubramos, al menos superficialmente, quiénes eran estas mujeres y por qué merecen ser recordadas. Seguro que nos llevaremos más de una sorpresa porque siguen siendo figuras actuales, de carne y hueso.

Empezamos por Sara, la mujer de Abraham, la madre del pueblo escogido, la dulce hermosa mujer que dejó todo, su pueblo, su casa, su vida, por seguir a su marido y un sueño que parecía más bien una quimera: el sueño de fundar un nuevo pueblo y de ser el origen del mismo.
Sara es una mujer bíblica de carácter fuerte. Se ríe continuamente, a veces resulta poco respetuosa, incluso irreverente; es celosa y también muy severa cuando los celos la pueden. Es tremendamente pasional y por eso sorprende, en un principio, que fuera ella la elegida para semejante misión, ser la madre del pueblo escogido. Su protagonismo es innegable y su actuación, como veremos, es siempre humana, nada que ver con el endiosamiento o la divinidad.

 

SARA. ESPOSA DE ABRAHAM

Saraí comenzó su vida en el mundo pagano de Ur, en la tierra de los caldeos, que estaba ubicada en la zona que hoy se conoce como Iraq. Ella era la media hermana, así como la esposa de Abram, quien sería llamado Abraham. Sarai y Abram tenían el mismo padre, pero eran de distintas madres, según Génesis 20:12. En aquellos días, la genética era más pura de lo que es hoy, y el matrimonio no era perjudicial para los descendientes de las uniones entre familiares. Además, dado que las personas solían pasar sus vidas agrupados en unidades familiares, el curso natural era elegir compañeros desde dentro de sus propias tribus y familias.

Cuando Abram conoció al Dios vivo por primera vez, le creyó (Génesis 12, 1-4; 15:6), y lo siguió, obedeciendo Su mandato de dejar su tierra y parentela para ir a un lugar del cual nunca había oído hablar, y mucho menos había visto. Sarai fue con él.

Su viaje los trajo a la zona llamada Harán (Génesis 11, 31). Taré, el padre de Abram, falleció en esta ciudad, y Abram, Sarai, su sobrino Lot y su comitiva, continuaron el viaje, dejando que Dios los condujera y guiara. Sin tener un lugar donde vivir y sin las comodidades modernas, el viaje debió haber sido muy difícil para todos, especialmente para las mujeres. Durante su viaje, hubo hambre en la tierra, obligando a Abram y Sara a ir a Egipto (Génesis 12, 10). Cuando lo hicieron, Abram tuvo temor que los egipcios lo mataran porque Saraí era hermosa y la querían como esposa. Por esta razón, le pidió a Sarai que les dijera a todos que ella era la hermana de Abram, lo cual era técnicamente cierto, pero lo hizo para engañar. Sarai fue llevada a casa de faraón, y Abram fue tratado muy bien por causa de ella. Sin embargo, Dios afligió la casa de faraón, y se reveló la mentira de ambos. El faraón le devolvió a Abram su esposa y los envió de regreso (Génesis 12). Sarai y Abram regresaron a la tierra que ahora se conoce como Israel. Ya que habían adquirido muchas posesiones y una gran riqueza en sus viajes, Lot y Abram acordaron dividirse, a fin de que la gran cantidad de ganado tuviera suficiente tierra para el pastoreo (Génesis 13, 9).

Sarai era estéril, un asunto de angustia personal, al igual que de vergüenza cultural. Abram estaba preocupado de que no tendría ningún heredero. No obstante, Dios le dio a Abram una visión en la que le prometía un hijo y que sus descendientes serían tan numerosos como las estrellas del cielo (Génesis 15). Dios también prometió la tierra de Canaán a la descendencia de Abraham. El problema era que Sarai permanecía sin hijos. Diez años después de que Dios había hecho su promesa a Abram, Sarai, siguiendo las normas culturales, le sugirió a Abram que tuviera un hijo con su sierva Agar. El hijo nacido de esta unión sería contado como hijo de Sarai. Abram estuvo de acuerdo, y Agar concibió un hijo, a quien llamó Ismael. Sin embargo, Agar comenzó a mirar a Sarai con desprecio y como resultado Sarai empezó a tratar duramente a Agar, tanto así que Agar huyó. Dios se encontró con Agar en el desierto y la animó para que volviera donde Abram y Sarai, lo cual ella hizo (Génesis 16).

Trece años después que Ismael nació, Dios reafirmó Su pacto con Abram, esta vez dándole la señal de la circuncisión, así como el cambio de nombre. Abram, que significa "padre enaltecido", se convirtió en Abraham, que significa "padre de multitudes". Dios también cambió el nombre de Sarai, que significa "mi princesa", a Sara, que significa "madre de naciones". Dios le dijo a Abraham que le daría un hijo a través de Sara. Este hijo, Isaac, sería aquel con quien Dios establecería Su pacto. Dios también bendeciría a Ismael, pero Isaac era el hijo de la promesa y las naciones serían benditas a través de él (Génesis 17). Isaac significa "el que ríe". Abraham se rió de que a sus 100 años pudiera tener un hijo con Sara, quien tenía 90 años y había sido estéril toda su vida. Sara, también se rió de esa posibilidad (Génesis 18, 9-15).

Poco después de que Dios le prometió a Abraham y a Sara un hijo, Él destruyó Sodoma y Gomorra, pero rescató a Lot, el sobrino de Abraham (Génesis 19). Abraham y Sara viajaron hacia el Neguev y habitaron como forasteros en Gerar (Génesis 20, 1). Abraham pidió de nuevo a Sara que mintiera sobre su identidad, y el rey de Gerar tomó a Sara para que fuera su esposa. Pero Dios protegió a Sara, ya que por medio de ella nacería Isaac. El rey Abimelec no tuvo relaciones con ella. Dios le advirtió a Abimelec en un sueño, y el rey no sólo se sacrificó a Dios en arrepentimiento, sino que dio regalos a Abraham y Sara y les permitió habitar la tierra (Génesis 20).

Dios permaneció fiel a Su promesa de darle a Abraham y Sara un hijo. Lo llamaron Isaac, y "dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez" (Génesis 21, 6-7). A pesar de que anteriormente ella se pudo haber reído en la incredulidad y en secreto, ahora Sara se rio con gozo y quería que su situación se conociera. Dios había sido fiel a Su promesa y la bendijo.

Lamentablemente, la tensión entre Sara y Agar permaneció. Cuando Isaac fue destetado, Abraham hizo un gran banquete. Pero Ismael, el hijo de Agar, se burlaba de Isaac. Sara le dijo a Abraham que echara a Agar e Ismael porque el hijo de la sierva no había de heredar con Isaac su hijo. Abraham estaba angustiado, pero Dios le dijo que hiciera lo que Sara decía porque en Isaac le sería llamada descendencia. Abraham despidió a Agar e Ismael, y Dios proveyó para sus necesidades (Génesis 21, 8-21). Fue después de esto que Dios probó a Abraham al pedirle que sacrificara a Isaac. Abraham estuvo dispuesto a entregar a su hijo, confiando en que Dios, de alguna manera, seguiría siendo fiel a Su promesa (Génesis 22,  Hebreos 11, 17-19).

Sara era una mujer sencilla, hermosa (Génesis 12, 11), y muy humana; ella cometió errores, como todos nosotros. Ella pasó por delante de Dios y trató de manejar Sus asuntos por su propia cuenta, al enviar de manera insensata a su sierva Agar con Abraham para concebir el hijo que Dios había prometido. Al hacerlo, se desató una disputa que ha durado 4.000 años (Génesis 16, 3). Ella se rio en incredulidad cuando, a los 90 años de edad, escuchó que un ángel le dijo a Abraham que ella iba a quedar embarazada (Génesis 18. 12). Sara dio a luz al niño prometido y vivió otros 30 años, muriendo a la edad de 127 años (Génesis 23, 1).

Hebreos 11, 11 usa a Sara como un ejemplo de fe: "Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido". 1 de Pedro 3, 5-6 usa a Sara como un ejemplo de una santa mujer que confiaba en Dios y que se adornaba a sí misma al someterse a su marido. Sara voluntariamente salió de su hogar y se lanzó a lo desconocido para seguir a Abraham, mientras él seguía las instrucciones de un Dios al cual ella no conocía en ese momento. Sufrió mucho para tratar de ofrecer un heredero a su esposo y mantenerlo a salvo en tierras peligrosas. Al final, ella tuvo la fe suficiente para creer que ella y su marido, con 90 y 100 años de edad, producirían el heredero prometido, es decir, Isaac. Aunque ella vivía en un mundo de peligro y confusión, Sara se mantuvo firme en su compromiso con su esposo y con Dios, y su compromiso fue recompensado con la bendición.


 


ACTIVIDADES:




















25 de febrero de 2024

JESÚS ANUNCIA EL REINO DE DIOS CON PALABRAS Y ACCIONES

¿QUÉ SON LAS PARÁBOLAS?

Las parábolas son relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza del modo más comprensible y fácil de recordar.

En todas destaca la pequeñez de los comienzos; y el crecimiento progresivo de este Reino; su fuerza regeneradora para los llamados por Dios a la salvación, que alcanzarán si corresponden a esa vocación.

Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Después un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no. Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "!quién tenga oídos para oír, que oiga". Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado, también en sus formas más sutiles.




ACTIVIDAD:
BUSCA LAS SIGUIENTES CITAS BIBLICAS Y RESPONDE LAS PREGUNTA



¿QUÉ SON LOS MILAGROS?  

Jesús como hombre nació, creció, sintió, actuó, padeció y murió, pero Jesús también es Hijo de Dios y como tal fue anunciado por los profetas y los ángeles, nos da a conocer a Dios como Padre y nos demuestra su amor a través de los milagros, signos del amor de Dios, que es la buena noticia que Jesús nos trae.

Jesús convivió con todos, pero especialmente con las personas que son consideradas inferiores por su trabajo, por su condición o por su enfermedad, acercándose a ellas, escuchándolas, tocándolas, curándolas, porque Jesús tiene el amor de Dios.

Jesús estaba atento a las necesidades de los demás, daba de comer a los hambrientos multiplicando los panes y los peces, curando enfermedades o resucitando a los muertos, estas acciones son: "Milagros"

Los milagros por tanto son el lenguaje de Dios, signos de su existencia y de su amor, es su lenguaje privado a través de Jesús.

Sus milagros manifiestan que Él es verdaderamente Dios, manifiestan su omnipotencia y su divinidad,  su amor por el hombre.

 Los milagros de Jesús pueden dividirse en cinco grupos:

1-    Sobre la naturaleza

2-    De curación física

3-    De liberación demoníaca

4-    Victorias sobre voluntades hostiles

5-    Resurrecciones






ACTIVIDAD:

BUSCA LAS SIGUIENTES CITAS BIBLICAS Y RESPONDE LAS PREGUNTAS

DESPUÉS DIBUJA EL MILAGRO QUE MÁS TE HAYA GUSTADO.



 

18 de febrero de 2024

EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A SU DESTINO




 

EL REINO DE DIOS

Jesús utiliza esta expresión para referirse a la manera en cómo Dios actúa, es decir  Jesús, al igual que toda la tradición bíblica, no habla de Dios en sí mismo, sino de Dios en relación con los seres humanos.

El reino de Dios para Jesús es la manera en que Dios manifiesta su actuación en medio de la historia. De esta forma, el reino de Dios es un mensaje de fortaleza en el presente y de esperanza en el futuro para los pobres, los hambrientos, los afligidos: para todos los desgraciados.

Cuando Jesús aparece predicando las “Bienaventuranzas”, qué son cómo el programa del reino de Dios, no está presentando, en primer lugar, un programa moral, sino un mensaje teológico: se trata de Dios que promete la liberación de los pobres y quiere que, en medio de sus dificultades y sin resignarse a ellas, encuentren esperanza y fortaleza todos los que sufren. No se trata pues de que Dios vaya a recompensar las virtudes de los pobres y los hambrientos. No hay ninguna idealización de la pobreza. Al contrario, la pobreza, el hambre y el sufrimiento son un mal y Jesús anuncia que el reinado de Dios será la liberación de todo ello, más aún, les invita a que encuentren consuelo, fortaleza y esperanza en Dios, cuya acción en la historia, aunque escondida, el anuncia.

El reino de Dios se traduce en actitudes de acogida con los pecadores, de respeto y reivindicación de las mujeres estigmatizadas, en sanación de los enfermos, en liberación de los “espíritus impuros”. La traducción histórica del reino del Padre es la fraternidad entre los seres humanos. Aceptar la salvación en Dios Padre sitúa la vida humana bajo el paradigma real de la misericordia, que no es un sentimiento sino una actitud fundamental, la misericordia “se hace” en el día a día.

Otra consecuencia del anuncio del reino es la capacidad de ser inclusivos. Esto deriva de la práctica del mismo Jesús que no busca la renovación de Israel por un reforzamiento de las leyes de pureza, sino anunciando la cercanía de un Dios misericordioso.

La propuesta del reino de Dios, es la expresión de un Dios cercano, que quiere una vida más sana y digna para los seres humanos, especialmente los más pequeños y vulnerables. Y todo aquel que se diga discípulo de Jesús debe entrar en esta lógica de generar una vida más sana, más digna y más justa, especialmente para los más vulnerables y frágiles. En palabras del Papa Francisco, se trata de “cuidar de la fragilidad”.

 

 


Las Bienaventuranzas

Mt 5, 2-12     

 

"Jesús comenzó a enseñarles, diciendo:

Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.

Felices los afligidos, porque serán consolados.

Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.

Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.

Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.

Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.

Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo."



 

ACTIVIDADES:







13 de febrero de 2024

CON EL MIÉRCOLES DE CENIZA EMPIEZA LA CUARESMA


El Miércoles de Ceniza marca el inicio de los 40 días de Cuaresma, en los que la Iglesia Católica convoca a los fieles a la conversión y a la preparación para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.

La Cuaresma es un tiempo de preparación para la Semana Santa, en la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Este tiempo dura 40 días, de ahí su nombre y comienza con el Miércoles de Ceniza.

¿De dónde se obtienen las cenizas?

Para esta importante ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con incienso.

La Cuaresma es una temporada de vida simple. Mientras toda la Iglesia se prepara para la gran celebración del Misterio Pascual de Cristo en el Triduo Pascual, los católicos hacen esfuerzos especiales para orar, hacer penitencia y buenas obras.

La cuaresma es como un testigo anual que nos recuerda la importancia de la Cruz de Cristo, como signo e instrumento de salvación. La cuaresma es el ofrecimiento público y solemne de la pascua de Cristo, su muerte y resurrección para la redención de todos.

¿Cuáles son las actividades que se realizan en la Cuaresma?

La iglesia católica aconseja mantener como base tres prácticas cuaresmales.

Ayuno. El Código de Derecho Canónico establece que el ayuno es obligatorio desde los 18 hasta los 59 años.

Oración. El cristiano dialoga con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y se abre a la acción del Espíritu Santo.

Limosna.

¿Cuáles son los signos de la Cuaresma?

Símbolos de la Cuaresma son:

La cruz de ceniza. Representa la “quema” o purga de los pecados previos a la Cuaresma, de modo que el feligrés está listo y limpio para el bautismo y la reunión con Cristo.

El color púrpura.

La cruz.



 


 



ACTIVIDADES:

Copia el Visual Thinking en tu cuaderno



 

4 de febrero de 2024

JESÚS ES MI AMIGO






Jesús es mi Mejor Amigo especial! Quizás estás pensando, “¿Por qué decimos que Jesús es nuestro Mejor Amigo especial?”

Jesús me Conoce

Jesús es mi Mejor Amigo especial porque El me conoce mejor que nadie. Él es Dios, y El conoce todo de mí. ¡El hasta conoce mis pensamientos!

¡Soy muy importante para Jesús! Quizás no sea importante para algunas personas, pero Jesús realmente se preocupa por mí. Él sabe hasta cuantos cabellos tengo en mi cabeza. ¡Los tiene todos contados! Él dijo, “…Pues aun vuestros cabellos están todos contados” (Mateo 10:30).

Jesús me Ama

Un mejor amigo es aquel que te ama tal y como eres y aun así te ayuda a desarrollarte lo más que puedas. Jesús es mi Mejor Amigo especial porque nadie me ha amado como El me ama. Él me amó tanto que dio Su vida por mí. Y El me ama hoy igual como me amaba en ese entonces. Jesús dijo, “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15.13)

El Señor Jesús me ama tal y como soy, pero me ama demasiado como para dejarme como estoy. Él vive en mí y me está haciendo como El día tras día. El conoce mis faltas, pero me ama y nunca dejará de amarme.

Jesús quiere lo Mejor para mí

Jesús es mi Mejor Amigo especial porque El solo quiere lo mejor para mí. El me guiará en tomar decisiones si le pido Su ayuda y confío en Él.

En Su Palabra, la Biblia, el Señor Jesús me dice las cosas que debo de hacer, como obedecer a mis padres y maestros. También me dice las cosas que no debo de hacer, como decir mentiras y cosas hirientes a otras personas.

¿Y qué de las cosas que no son mencionadas en la Biblia? En ese caso debo preguntar: “¿A Jesús le gustaría verme hacienda esto?” Si pienso que no le gustaría verme haciendo eso, entonces ¡NO debo hacerlo!

Jesús siempre tiene Tiempo para mí

Jesús es mi Mejor Amigo especial porque Él siempre tiene tiempo para mí. Puedo hablar con Él en cualquier momento. Puedo hablar con Él en cualquier lugar. Nadie se preocupa por mí como Jesús. Él quiere que yo vaya a Él por cualquier cosa que me preocupe.

 Jesús nunca Cambia

Jesús es mi Mejor Amigo especial porque Él es siempre el mismo. En el pasado he tenido amigos y de alguna manera cambiaron y ya no somos amigos. ¡Pero Jesús nunca cambia! La Biblia dice, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).

El Señor Jesús es siempre la misma Persona maravillosa que me ama con todo Su corazón. Siempre está ahí para escucharme, ayudarme, animarme. Es realmente el mejor amigo que pudiese tener.

Jesús y yo somos “Mejores Amigos Por Siempre”, pero nunca debo olvidar quién Él es. Él es mi Salvador, mi Señor, mi Dios, y lo trato con respeto y reverencia. No le llamo “el hombre de allá arriba”.



 



 



 

ACTIVIDAD:












El Día de San Valentín, también conocido como Día del Amor y la Amistad, es una festividad para celebrar el amor entre parejas y entre amigos.

El Día de San Valentín o Día de los Enamorados, se celebra el 14 de febrero en casi todos los países. En Colombia, sin embargo, también se celebra el Día del Amor y la Amistad el tercer domingo de septiembre.

Una fecha especial para que los enamorados y amigos se expresen su amor y cariño. Es tradición hacer regalos (flores, bombones), dedicar tarjetas y escribir cartas y mensajes para expresar el amor.

En parte, estas tradiciones contribuyen a que esta celebración vaya perdiendo su espíritu original y se convierta en una celebración con espíritu comercial.

Origen de San Valentín

Existen varias historias sobre el origen del Día de San Valentín. Una de la más popular cuenta que, durante el Imperio Romano, el emperador Claudio II prohibía a los soldados contraer matrimonio, pues consideraba que los hombres solteros rendían mejor en la batalla.

Un obispo, de nombre Valentín, consideraba esta prohibición injusta, y, contraviniendo la orden del emperador, casó parejas en secreto, entre otras cosas, para salvaguardar el sacramento del matrimonio. Al ser descubierto por el césar, fue encarcelado.

En prisión, Valentín fue ridiculizado por su carcelero, quien lo desafió a que le devolviera la vista a su hija ciega, lo cual Valentín hizo en nombre del Señor.

Se dice que el 14 de febrero Valentín fue ejecutado, de allí que hasta el día de hoy se celebre este día la fiesta de San Valentín.

Otra historia cuenta que, en realidad, la Iglesia católica creó el Día de San Valentín para acabar con la tradición pagana de las fiestas lupercales, que constituían un rito para la fecundidad.


 


  






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28 de enero de 2024

PREPARAMOS EL DÍA DE LA PAZ


La idea es que se sientan embajadores de la paz del país y la bandera que llevan.
 



















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¡MUCHAS GRACIAS! 
 "Escuelas  teaTEAMnos",  Música y letra: Unai Quirós
Dibujos: Patxi Velasco Fano  Producción Musical: Miguel Ángel Leal por sus magníficos materiales sobre la Paz