Jesús contaba historias sencillas para hablar de Dios Padre y explicar el Reino de Dios.
Estas historias se llaman Parábolas.
Una de ellas cuenta la alegría de descubrir algo muy valioso
¿Qué son las parábolas?
Las parábolas son relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza del modo más comprensible y fácil de recordar.
En todas destaca la pequeñez de los comienzos; y el crecimiento progresivo de este Reino; su fuerza regeneradora para los llamados por Dios a la salvación, que alcanzarán si corresponden a esa vocación.
Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Después un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no. Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "!quién tenga oídos para oír, que oiga". Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado, también en sus formas más sutiles.
Parábolas sobre el Reino de Dios:
La parábola del sembrador.
La parábola de la cizaña.
La parábola del grano de mostaza.
Parábola de la levadura.
Las parábolas del tesoro escondido y la perla.
Parábola de la red barredera.
Parábola del Reino: Un tesoro escondido
Nos cuenta la alegría de descubrir algo muy valioso
En un campo había un tesoro escondido
La gente pasaba por allí, pero nadie imaginaba que pudiera haber un tesoro
Un día un hombre vio algo que le llamó la atención
Siguió la pista y se puso a cavar en la tierra
Al final, consiguió que el tesoro fuera para él.
Explicación de la "Parábola del tesoro escondido"
El valor del Reino es supremo; todo lo demás carece de valor ante él, pero se encuentra de improviso y hay que estar preparado y dispuesto a todo para conseguirlo.
"El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo que, al encontrarlo un hombre, lo oculta y, gozoso del hallazgo, va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo"(Mt)
Toda renuncia es un buen negocio ante un hallazgo que llena el alma de gozo y alegría. El agricultor no buscaba el tesoro, pero al encontrarlo pone todos los medios para tenerlo.
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